¿Es posible recuperar la biodiversidad y que ello suponga una mejora en la rentabilidad de los agricultores? Esta es la pregunta por la que nació en 2015 el proyecto Life Olivares Vivos, un modelo de olivicultura que afronta de manera conjunta problemas ambientales y económicos del olivar tradicional.
Hablamos de un método científico, que en la actualidad ya se extiende por todo el Mediterráneo, en el que se implantan medidas ambientales en un espacio, y se miden determinados indicadores al inicio y al final de un periodo para certificar que ha mejorado la flora y la fauna. Con el resultado se emite un sello, una marca, que garantiza al consumidor que su aceite de oliva se ha producido en un olivar capaz de recuperar biodiversidad.
Esta iniciativa ha generado un gran interés en el sector, con más de mil solicitudes de productores que quieren certificar su producción. Pero no todos los casos son iguales. Se vio que podía haber más dificultades para implantar el modelo en el ámbito cooperativo por el diferente interés de los agricultores o las dificultades para organizar la almazara.
Cooperalive, un proyecto para las cooperativas
Así surge el grupo operativo Cooperalive, en el que participan SEO Birdlife, Citoliva, Interoleo y la Diputación de Jaén, con el objetivo de impulsar el modelo de Olivares Vivos entre las cooperativas, llegar al pequeño agricultor y que esta diferenciación genere riqueza en el olivar tradicional.
El grupo operativo ha implantado el sistema en nueve fincas de tres cooperativas para evaluar su funcionamiento, analizar los resultados y difundirlo después en el ámbito cooperativo. Como explica Raquel Costales, responsable de Elaiotecnica de Citoliva, “se forma a los agricultores en la elaboración de aceites de calidad y luego visitamos esas parcelas para fijar cómo recogeremos el fruto siempre respetando la metodología de Olivares Vivos”.
El aceite de estas fincas obtenido en la campaña 2022-23 cuenta ya con un sello de participación en el programa que está sirviendo para comprobar su acogida en los mercados. “Queremos saber qué opina la gente de la biodiversidad, qué mercados son los más susceptibles, qué connotaciones tiene, intentando transmitir qué es un producto de biodiversidad que contribuye a la diferenciación del sector cooperativo”, explica Ángela Cobos, directora de gestión de Interoleo.
Un método que se anticipó a la PAC
El proyecto Olivares Vivos, que se desarrolló en su primera fase en 20 olivares de Andalucía, diseñó un agroesquema de trabajo a partir de tres actuaciones: reconstruir el suelo gracias a las cubiertas vegetales; restaurar las zonas improductivas (bordes, caminos, linderos para aumentar la heterogeneidad del paisaje); y aumentar los refugios para las aves (con nidos, muretes, charcas, piedras, bebederos…). Es decir, un anticipo de los ecorregimenes de la nueva PAC.
En seis años se tomaron 600.000 registros de campo y se comprobó que el olivar todavía es un gran refugio de fauna, en concreto para la cuarta parte de las aves que hay en España, la quinta parte de hormigas, para 700 especies de flora…
“Sirvió para poner sobre la mesa la importancia del olivar para la biodiversidad y su potencial para recuperar fauna. En solo tres años hubo un aumento significativo de flora y fauna del 7% y un aumento de la abundancia de esa flora y fauna del 40%, vimos que el modelo funciona y recupera efectivamente biodiversidad”, explica José Eugenio Gutiérrez es el delegado de SEO BirdLife en Andalucía y director del proyecto Life Olivares Vivos.